Un mar de “olas petrificadas”, un campo de hielo interminable, un desierto de color negro o un paisaje lunar en un área desértica. Son algunos de los puntos en donde Argentina se convierte en un paisaje que hasta podría parecernos propio de otro planeta, o de un mundo desconocido. Repasamos ocho lugares inclasificables dentro de un país extenso y con contrastes asombrosos:
1. Campo de Piedra Pomez, un “glaciar” de piedra en la provincia de Catamarca
Parecen esculturas a más de 3.000 metros de altura, un mar de piedra pómez que simulan olas petrificadas y formas difíciles de describir: para algunas, una paisaje lunar, pero para otros, simplemente un paisaje más de la puna, en cercanía de El Peñón, en la provincia de Catamarca, al norte de Argentina. Los bloques de piedra se suceden como edificios hasta perderse en el horizonte:
2. Un mar de hielo, en el Glaciar Perito Moreno
Literalmente, una lengua de hielo como pocas en el planeta por su belleza. Sobre todo, al caminar por el glaciar Perito Moreno, los parámetros de nuestro planeta parecen desvanecerse, para sumergirnos en la Era del Hielo:
3. Payunia, el desierto negro, Mendoza.
Payunia es un territorio apenas explorado, y sólo para afrontar con un guía conocedor del terreno. Se encuentra al sur de Mendoza, provincia argentina. Hace millones de años, los volcanes dejaron una huella para la eternidad, en forma de un desierto de color negro donde tímidamente aflora la vida.
4. Las crestas del Monte Fitz Roy
Casi en el límite entre Chile y Argentina, en los Campos de Hielo Patagónico Sur, un paisaje de montaña desafía la escala de lo imponente: el monte Fitz Roy asoma como crestas de roca entre glaciares y nubes en un colorido único:
5. Un mar de sal en Jujuy
En el límite de las provincias de Salta y Jujuy, se encuentra Salinas Grandes, a una altitud de 3.450 msnm, otro de los depósitos de sal más grandes del planeta y un paisaje difícil de catalogar:
6. Las paredes del Cañón de Talampaya
Declarado como Patrimonio de la Humanidad, en la provincia de La Rioja, Talampaya deslumbra con sus descomunales paredes rojizas, pero también con curiosas geoformas en un área que es además un reservorio de yacimientos arqueológicos y paleontológicos:
7. Un valle lunar, en San Juan
Dentro del Parque provincial de Ischigualasto, o Valle de la Luna, al norte de la provincia de San Juan, también nos sumergimos en un escenario propio de un paisaje surrealista.
8. Quebrada de las Conchas, la naturaleza en monumentales esculturas en Salta
También conocida como Quebrada de Cafayate, es un valle o quebrada en donde se suceden increibles formaciones rocosas, entre ellas la Garganta del Diablo, rocas rojizas erosionadas por el agua y con formas que les han hecho ganar a cada una su nombre: el anfiteatro, el Monje, el Sapo, los Castillos.
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