Para vivir a plenitud hay que respirar con libertad. Hay que recibir, pero también dar. Quien ama, temprano o tarde, recogerá el fruto. Sonríe, piensa de forma positiva, deshazte del negativismo. Toma tus decisiones, trabaja y lucha por hacer realidad tus sueños. Y cuando menos lo imagines, abrirás tus ojos y te verás donde esperabas o mucho más lejos aún, riendo satisfecho.
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