Aunque jamás mi corazón abrigó miedo al dolor, ni se rindió al quebranto, hay una herida en mi alma que me obliga a humedecer mis párpados en llanto y llorarte como un niño.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
You can replace this text by going to "Layout" and then "Page Elements" section. Edit " About "
0 comments:
Post a Comment